EL PROCESO EDUCATIVO

Author: DR.BENIGNO CABRERA CABRERA /

Tener en cuenta los descubrimientos en el campo psicológico y aplicarlos al proceso de enseñanza no solo es recomendable, sino que su ignorancia sería como no utilizar las matemáticas en la física.los profesores deben contar con herramientas, que les permitan disfrutar de su trabajo porque sabemos, gracias a la teoría psicoanalítica, que sólo cuando hay goce en la actividad que se desempeña, sea cual sea, podemos realizarla. Cómo el docente se desenvuelve con sus propios afectos determina su modo de enseñanza y recordemos que los celos, la envidia, el amor, el odio son afectos universales que acontecen en todo sujeto; no pueden no estar, la diferencia con lo patológico es en relación a la cantidad.

La tolerancia hacia los diferentes sentimientos que uno experimenta no es una tarea hecha sino un trabajo a realizar, como muestran los cuentos infantiles, y muchas películas de acción, donde los personajes se dividen siempre en buenos y malos; esto produce un evidente goce en el niño, que aún no puede tolerar bien la muestra de sentimientos tiernos y hostiles hacia una misma persona. El docente como figura de autoridad encargada de poner límites, genera en el narcisismo del otro cierta agresividad, a la par que sentimientos de ternura, como subrogrado de aquel padre de la infancia que todo podía. Es conveniente que el profesor aprenda a tomar distancia con respecto a los comportamientos del alumno; educar no consiste en razonar el porqué de las cosas, no se puede convencer a nadie de nada sino en permitir que el otro crezca.

Generalmente el profesor tiene una idea de cómo debería aprender el alumno, piensa por ejemplo que después de haber explicado el tema tres veces, éste ya debería saberlo, o que copiar lo escrito en la pizarra ayuda a recordar. Sin embargo, el proceso de aprendizaje no conoce de una cifra específica para fraguar el conocimiento y cada persona necesitará un número de repeticiones indeterminado, para aprender un contenido. La inteligencia humana no está en relación con la rapidez de respuesta como popularmente se define, sino que es un bien a construir y sucede en paralelo con el desarrollo psicosexual, No es que soy inteligente porque hablo idiomas sino que estudiando idiomas me hago inteligente. Cuando el alumno no puede conquistar algún conocimiento es porque alguna traba afectiva a nivel inconsciente sucede en él. Si el educador está familiarizado con sus propios procesos inconscientes podrá tolerar en el otro aquello que aprendió a tolerar en él y sobre todo, a tenerlo en cuenta...

Un buen profesor sería aquel que permite al alumno trabajar y él también se transforma en el proceso de educar. Dar clase enseña siempre que podamos leer cuales fueron nuestros errores y los festejemos, porque no hay aprendizaje posible sin equivocarse. Ahí donde hubo un error la oportunidad de aprender aparece.

Sabemos que la cultura viene a civilizar al sujeto y una de sus funciones es poner límites a las tendencias sádicas. Sin embargo, es habitual al hablar de la agresividad pensar que es algo aprendido, cuando en realidad es precisamente porque es constitutiva de todo humano que no se puede abordar como si pudiera no darse.

Toda relación tiene cierto límite de hostilidad porque el otro es también un límite a los deseos propios. No podemos terminar con la ambivalencia afectiva sino aprender a tolerarla. Una de las fuentes de mayor zozobra en la adolescencia es precisamente la intensificación de los afectos infantiles hacia los progenitores, tanto en su vertiente tierna como hostil y muchos de estos afectos inconscientes quedan desplazados a la figura del profesor.

Al contrario de lo que plantea la ideología estatal, la agresividad no es algo aprendido sino un afecto que forma parte de estructura psíquica. No se trata de aprender a no ser agresivos porque eso sería como aprender a ser inmortales, sino de saber que las tendencias agresivas existen en todo humano y si se educan pueden ponerse al servicio de lo social. Un médico que opera a corazón abierto utiliza su agresividad de forma muy diferente a un despiadado asesino que apuñala a otro en el corazón.

Un profesor en análisis cuida su salud, transmite el deseo de aprender y permite que sus alumnos estén en la cultura, sabiendo que no se trata de llegar ningún lugar sino de permanecer en el camino del inglés, la pintura o cualquier otra posibilidad de lo humano.

Autora: Ángela Gallego (Psícologa-Psicoanalísta)